Quiero rescatar una idea del comentario de Koldobike. Se ha optado por un proceso experimental y comprometido, huyendo de planteamientos de corte más académico o más ortodoxos. Seguramente, se ha elegido el camino más complicado y más arriesgado, pero en este caso era importante que los medios contribuyeran a los fines, que las formas fueran reflejo de los contenidos que se pretenden. La participación se demuestra participando.
Este Libro Blanco no quiere ser un “paper” elaborado para un Congreso, sino una reflexión coral, una obra colectiva, el factor común de muchas visiones diversas, a partir de las cuales se destilen unos compromisos concretos que se puedan llevar a la práctica a corto y medio plazo. Este Libro Blanco debe contener el mandato emanado de todas las personas que estamos participando en el proceso de su elaboración y el compromiso político de las personas que han incluido este objetivo en el programa de Gobierno y han puesto en marcha este proceso, compromiso expresado públicamente el día del lanzamiento del proceso de elaboración del Libro Blanco.
A nosotras, las personas que estamos participando en su elaboración, nos corresponde buena parte de la responsabilidad y del mérito de que este Libro Blanco responda a las expectativas, primero por el acierto en sus contenidos y, a renglón seguido, por la exigencia de su cumplimiento. Estamos llevando a la práctica la idea de corresponsabilidad expresada en la “visión” del Plan de Innovación Pública (PIP): “La Administración vasca como un espacio de relación entre una ciudadanía corresponsable y unos profesionales del servicio público orgullosos de trabajar para el bienestar de la sociedad”.